Vivo en una ciudad sin bosques. Con un río marrón caudaloso, el majestuoso Paraná. Durante una década recorrí la pampa húmeda siguiendo a un fotógrafo, juntos hicimos un documental que se llama Fotosíntesis. Año tras año el agro negocio se devora nuestros bosques nativos. Ecos de mi infancia me llevan a un lugar al que solía ir en familia. Pueblo Andino es una pequeña localidad a 20 kilómetros de la ciudad de Rosario. Otro río caudaloso, el Carcarañá, atraviesa y divide en dos al pueblo. Un puente ferroviario cruza ese río llevando los granos de la cosecha hacia el otro río caudaloso. En las orillas, donde los carcaraes tenían su hogar, hay un pequeño bosque, con árboles añosos. Hacia 1870 un grupo de inmigrantes italianos quisieron dedicarse a la manufactura de papel y sembraron 2.700 hectáreas de pino y eucaliptus. Desde los márgenes del río aún se pueden ver los sudan grass traídos de Europa.